Blonde Poulain ha vuelto a desplegar su imaginario espacial con el lanzamiento de “Off–World™”, disponible desde este 10 de octubre. Se trata del tercer adelanto de su próximo EP “Blanc: L’Espace”, tras “Objetivo: La Tierra” y “Polvo Cósmico”, y probablemente su entrega más ambiciosa hasta la fecha. Un tema que se mueve entre el hip-hop y la electrónica, con un pulso synthwave que convierte la pista en una odisea retrofuturista donde el artista reflexiona sobre el choque entre lo humano y lo artificial.
Producida y mezclada por Carri Rubio, la canción se adentra en un universo sonoro dominado por sintetizadores galácticos, ritmos robóticos y una atmósfera de neón que remite tanto a Blade Runner (Vangelis) como a Drive (Kavinsky) o Stranger Things. No es casualidad: en su letra late el espíritu de Philip K. Dick y su pregunta eterna —“¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?”— para abordar el dilema ético de un mundo cada vez más mecanizado y emocionalmente distante.
La voz de Blonde Poulain, procesada y humana a la vez, encarna a un narrador partido entre el corazón y el circuito, mientras el bajo de Manolo Mejías (Leiva) aporta un contrapeso cálido en medio del paisaje sintético. El mastering corre a cargo de John Greenham, responsable de envolver el conjunto en una atmósfera tridimensional que acentúa su carácter cinematográfico.
Videoclip: La misión de la nave PC·2092
El universo visual acompaña esa visión distópica. Bajo la dirección de Joaquín Castro F. y la producción de La Review Camera, el videoclip de “Off–World™” sitúa la acción dentro de la nave PC·2092, donde la tripulación de la Poulain Corporation despierta de la criogenización para ejecutar una misión destinada a reconstruir la humanidad. Paneles de mando, destellos, humo y señalética futurista sirven de escenario para un relato visual que evita la utopía fácil y plantea un reinicio: una humanidad herida que, entre engranajes y luces frías, decide volver a empezar.
Con “Off–World™”, Blonde Poulain no solo continúa su exploración de territorios sonoros interestelares; también firma un manifiesto sobre el presente —ese tiempo en que la tecnología nos abraza y nos amenaza a partes iguales—, invitándonos a mirar al futuro con espíritu crítico, pero sin renunciar a la emoción.