Jet Love aterriza en Madrid
El domingo 17 de noviembre de 2024, Conociendo Rusia transformó la Sala La Riviera de Madrid en una vibrante pista de aterrizaje emocional. La banda argentina, liderada por Mateo Sujatovich, “El Ruso”, presentó su más reciente álbum Jet Love en un concierto que desbordó energía, nostalgia y una conexión única con su público, en gran parte compatriotas que portaban con orgullo las camisetas con el mítico 10 de Maradona y Messi.
La temática aérea de Jet Love no pasó desapercibida desde el inicio. Los músicos, vestidos como tripulación de vuelo, entraron al escenario bajo las indicaciones de su equipo técnico, como si se tratara de un verdadero despegue. Mateo, enfundado en un uniforme de piloto, dio la bienvenida a un viaje que comenzaría “a 10,000 pies de altura” con la primera nota de Solo necesito tu amor.
Con una mezcla de temas nuevos y clásicos, Conociendo Rusia condujo a los asistentes por un recorrido íntimo y eufórico. Desde la melancolía de Una canción siempre me habla un poco de vos hasta la frescura de Algún día te lo voy a decir, los acordes resonaron en cada rincón de La Riviera. La energía subió aún más con Ya no somos tan pendejos, un himno que convirtió la sala en una versión madrileña de La Bombonera, con cánticos al unísono: “Oe Oe Oe – ¡Ruso!”.
El momento cumbre de la noche llegó con la inesperada aparición de Leiva, quien se unió a Sujatovich para interpretar juntos Mundo de Cristal. El público, emocionado, coreó cada palabra, mientras los dos artistas ofrecían un dueto cargado de química y autenticidad.
Mateo no dejó de honrar sus raíces, disfrutando de un Fernet con Coca-Cola entre canciones, fiel a las costumbres argentinas. La velada alcanzó un nivel especial de intimidad con Cosas para decirte, cuando las luces de los móviles y los mecheros iluminaron el lugar en un ambiente casi mágico.
Los asistentes, fieles al espíritu argentino, pidieron más con el clásico cántico “¡Una más y no jodemos más!”. La banda respondió con Cabildo y Juramento, una de las canciones más esperadas del repertorio clásico.
El cierre del concierto fue una explosión de emociones. Con Quilombo y su estribillo que confiesa, “Quiero hacer canciones que no hablen de vos pero no me salen”, Mateo y su banda dejaron claro que su música sigue hablando directamente al corazón.
Conociendo Rusia demostró una vez más por qué se ha consolidado como un referente del pop rock latinoamericano. Aquella noche, Madrid no solo vivió un concierto; vivió un viaje, un manifiesto de amor a la música y un homenaje a las raíces que cruzan fronteras.