Cariño presenta «Tanto por Hacer» (Fotocrónica)

Cariño-ElBackstageMag

Nada importa tanto cómo parece. María, Alicia y Paola nos recuerdan, nada más comenzar su concierto de presentación de su último álbum «Tanto por hacer» (2024), que nuestras preocupaciones del día a día son relativas y siempre tenemos un motivo por el que sonreir.

Sus canciones pop, por más que intenten evitarlo, hablan de amor y nos envuelven en una atmósfera de corazones y luces rositas. Y eso es algo que nos gusta un montón. Nos brillan mucho los ojos cuando vemos a su público: diverso, amable y divertido; disfrutar de un cosquilleo adolescente junto a sus primeros ligues o simplemente bailando y cantando a todo pulmón entre amigas. Echábamos de menos verlas en concierto 🙁 buscábamos la excusa más tonta, teníamos razones de sobra y ellas muchas cosas que decirnos.

El amor está en el aire, en esa puesta de sol en la playa, en un piso, en un chalet, o en un planeta raro. Los mejores viajes son emocionales, esos en los que activas el modo avión y te encuentras volando por la discoteca con la pista temblando.

Recordaron canciones de su anterior disco «CARIÑO» (2022). No pudo faltar la energía K–Pop de Tamagotchi. Ni la frustración de conocerse y no saber hacerlo bien de «No me convengo». O la ilusión de pasar la vida entera con alguien de «Si quieres». La falta de entendimiento mutuo de «Sadmeal». E incluso la vuelta a la realidad, el momento en el que te das cuenta de qué has perdido el tiempo con un gilipollas; que celebraron con la colaboración de Olaya de Axolotes Mexicanos en «Llorando en la acera», momento top de la noche.

También hubo espacio para interpretaciones íntimas como la de Valverdina en «Siempre pierdo todo» a piano y voz; o lugar para la tristeza y «La bajona», una de esas canciones de sus comienzos con las que cualquiera se siente identificado.

Cerraron el concierto con una sucesión por todo lo alto de sus últimas canciones como «Lo noto», «B2B» o «Y yo que pensaba».

Los conciertos de Cariño nos llevan de una emoción a otra, haciéndonos sentir vivos con cada latido del corazón, con cada subidón y con su correspondiente bajón.

Aún me acuerdo de todo, de lo bueno y lo malo, de cuando me decían: – Esto no se ha acabado.

Queda tanto por hacer.

Crónica: Blonde Poulain
Fotografía: Mireya Martín

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